
Cuando Tina Turner dejó a su primer marido -que no sólo era su representante, sino también su verdugo y atormentador- huyó con un solo pensamiento:

“La única salida es por esa puerta”.
En plena noche, escapó de su habitación de hotel en Dallas, cruzando la autopista con camiones zumbando a su lado, con sólo 36 céntimos y una tarjeta de combustible Mobil en el bolsillo. Lo dejó todo atrás, excepto su voluntad de sobrevivir.
Durante el divorcio, hizo una petición extraordinaria:
No quería los derechos de las canciones, ni las casas, ni los coches, ni el dinero.
Lo único que quería era su nombre: Tina Turner.
Ese nombre era lo único que le quedaba para salvar su carrera, su identidad, su futuro. Renunció a todas sus posesiones para poder seguir siendo Tina Turner.
Podría haberse desvanecido en la oscuridad, grabando discos en sellos menores, pero no fue así.
En los años 80, Tina Turner se convirtió en una superestrella del rock mundial.
A los 42 años, una mujer negra de mediana edad conquistaba el mundo de la música como si fuera su trono.
Lo hizo con resistencia, tenacidad y un alma indestructible.
Y durante toda su vida mantuvo un profundo compromiso con el budismo Nichiren de la Soka Gakkai, una práctica que le salvó la vida y a la que permaneció fiel hasta el final.
Su segundo matrimonio -el único al que llamó su verdadero matrimonio- fue con Erwin Bach, un productor musical suizo 16 años menor que ella. De él dijo:
“Erwin nunca se sintió intimidado por mi carrera, mi talento o mi fama”.
Cuando su salud empezó a deteriorarse en 2016 y contempló el suicidio asistido, fue Erwin quien intervino. En un gesto de inmenso amor, le donó un riñón, lo que le permitió permanecer a su lado hasta el final.
Un huracán sobre el escenario, una voz poderosa como un rugido, un baile que estremecía el alma.
Una superviviente, una activista, una autora, una mujer profundamente espiritual, que en los últimos años de su vida encontró el amor y la paz.
Tina Turner dejó una huella que va mucho más allá de la música. Con su fuerza inquebrantable, se convirtió en una leyenda, una inspiración para todos.
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