A Juan Pírela...., Alla a lo Lejos
Allá…,
por donde sale el atardecer
en horas en que la mar
le da por depurarse,
se observa una silueta casi confusa
quien con un sombrero de cogollo
unos cuantos libros,
una bolsa de ajos,
un ramillete de pinceles
y algunos potes de pintura,
quien, con pasos reposados,
venía traqueteando
lo que brotaba en su imaginación
porque más de una vez…,
lo vimos jugando
con el verbo en los labios
donde cada poesía se hacía visible,
y ello permitió
que el teatro de calle
se hiciera evidente.
El negro Juan Pírela
siempre estuvo presente
en las formas del pensar de los guaireños,
por ello pensó en ese obrero portuario
en esos niños con caras polvorientas
que se encuentra en el Cerro Colorado,
en esos guaireños que siempre lo marcaron
y con quien perennemente
permanecían siempre presente,
cada vez que el verbo se manifestaba
y le daba la oportunidad de jugar,
y estar entre ellos.
Ese era el negro Juan Pírela
el creador popular
el teatrero de calle
el del saco de ajos,
el del sombrero de paja
que cubría sus pelos cenizos arremangados,
el que lloraba en silencio
y se adueñaba de los aconteceres,
el que montó “Caperucitas Rojas
no es roja sino azul”, “Portuarito”
y muchas más…,
el que nos acompañaba
en nuestros delirios políticos,
cada vez que la impotencia
se adueña de la nostalgia,
haciendo sentir su presencia
delirando entre trazos de poesías,
que hacían que lo perceptible
se convirtiera en visible.
Ese era el Negro Juan Pírela…,
el del racimo de ajos
el del sobrero de paja,
el que desde lo lejos se visibiliza
cuando el salitre hacía sentir a los guaireños
cuando el atardece
y los guaireños se recogía
para que el mar (…)
depurara sus extrañas.
Ese era el negro Juan Pírela
el teatrero de calle.
Antonio José Guevara
y Brunilde I. Palacios Rivas.
Si quieres conocer otros artículos parecidos a A Juan Pírela...., Alla a lo Lejos puedes visitar la categoría Noticias.
1 Comentarios
Deja una respuesta
Te puede interesar: