
Pensamiento becerra

El lenguaje no es un terreno neutral. Es un campo de batalla donde se reproducen, normalizan y perpetúan estructuras de poder. En el mundo forjado por la supremacía blanca, las palabras no solo nombran la realidad, sino que la configuran, la jerarquizan y la disciplinan.
La blanquitud, en su ejercicio de dominación, ha codificado el negro como sinónimo de lo maligno, lo peligroso, lo impuro. Código negro algo tenebroso, un día negro, una misa negra: expresiones que no son meros accidentes lingüísticos, sino reflejos de un orden colonial que ha hecho del negro el símbolo de la abyección. Por el contrario, lo blanco es elevado a la categoría de lo puro, lo divino, lo deseable. No es casualidad; es estrategia. Un dispositivo de poder que, a través del lenguaje, refuerza la arquitectura del racismo estructural.
Pero el lenguaje no solo describe el mundo; también lo construye. Y si el lenguaje es un reflejo del sistema de opresión, entonces disputar su significado es un acto de resistencia. No basta con nombrar la violencia; es necesario desmontar sus lógicas, exponer sus raíces, rehacer la palabra. Porque nombrar de otra manera es imaginar otro mundo posible.
Si quieres conocer otros artículos parecidos a Pensamiento becerra puedes visitar la categoría Noticias.
Deja una respuesta
Te puede interesar: