El nuevo “Tom” en la sociedad contemporánea: manipulación y control en la era de la representación.

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La frase de Malcolm X resuena con una vigencia inquietante en la actualidad, aunque el contexto histórico y la geopolítica en el mundo, ha cambiado..., pero la estrategia de dominación sigue intacta y las élites del poder, se mantienen (mayoritariamente blanca), sigue eligiendo quién puede hablar en nombre de los oprimidos y bajo qué términos puedo poner en las redes y en los medios de comunicación.

Hoy, el tío "Tom" no necesariamente usa un abrigo largo y un sombrero de copa, pero puede ser un influencer, un artista, un empresario o incluso un político..., cuidadosamente seleccionado para dar la ilusión de avance mientras perpetúa el mismo sistema de opresión y se disfraza de popular y de querer mucho al ´pueblo.

Vivimos en la era de la representatividad superficial, donde la presencia simbólica de figuras racializadas negativamente en espacios de poder se confunde con los que tienen que ver con las transformaciones. Se aplaude la inclusión de una persona negra en un puesto alto dentro de una empresa racista, sin cuestionar si su presencia realmente significa un cambio estructural o si, por el contrario, es utilizada para validar un sistema que sigue explotando y marginando a millones.

El problema no es que haya figuras negras en el poder, sino que muchas de ellas son utilizadas como herramientas de pacificación, como distractores que canalizan la rabia y la indignación hacia reformas inofensivas, convirtiéndose en figuras que transforman en mediadores entre los oprimidos y los opresores, los cuales se dedican a domesticar el discurso de la lucha racial para hacerlo digerible y políticamente inofensivo. ¿Cuántas veces hemos visto a celebridades negras en Venezuela y Colombia, callar frente a las injusticias, o peor aún, justificar el statu quo? La historia se repite.

Mientras tanto, aquellos que denuncian la estructura de poder real son silenciados, ridiculizados o etiquetados como extremistas.

Se nos dice que el racismo es cosa del pasado, que ya no hay amos y esclavos, pero la jerarquía sigue ahí, disfrazada con discursos de diversidad vacíos y con la ilusión de progreso que utilizan como un mecanismo que los mantienen en el poder, porque utilizan mecanismos electorales que los favorecen.

Es momento de dejar de confundir representación/ con liberación. No basta con ver a una persona negra en un puesto alto si su función es sostener el sistema. Como Malcolm X advirtió, la verdadera revolución no vendrá de quienes el sistema elige para liderarnos, sino de quienes se atreven a desafiarlo por completo.

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