En 1981, Chris Gardner era un padre soltero sin hogar en San Francisco

Todas las noches, después de recoger a su hijo Christopher de 2 años de la guardería, buscaban desesperadamente un lugar para dormir. A veces dormían en baños públicos, en el metro, o en un albergue cuando tenían suerte. Gardner lavaba la única camisa que tenía en los baños públicos cada noche para parecer presentable al día siguiente.

Durante el día, hacía prácticas no remuneradas en una firma de bolsa, Dean Witter Reynolds. No recibía ni un centavo, pero sabía que era su única oportunidad. Mientras tanto, vendía equipos médicos para poder comprar pañales y comida. Muchas veces, no tenía dinero ni para la guardería, y escondía a su pequeño hijo debajo de su escritorio durante las reuniones.

Una noche, después de dormir en un baño de metro, su hijo le dijo: 'Papá, eres un buen papá'. Esas palabras lo mantuvieron adelante. Gardner completó su programa, obtuvo su licencia de corredor y eventualmente fundó su propia firma multimillonaria. Hoy, Gardner es un exitoso empresario, autor y filántropo.

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